Friday, November 7, 2014

I - Salta o muere

Las nubes cubrían la luna, haciendo la oscuridad de la noche aún más completa.
Correr detrás de las monjas, oyendo los gritos, la lucha, las maldiciones y ruegos en medio de la oscuridad, era demasiado aterrador para permitir a las jóvenes comprender qué era lo que estaba pasando.

Corrieron hacia el río. El único posible escape a aquel infierno parecía ser saltar al río y nadar, cruzar a la otra orilla antes de que los diablos cortaran también aquella salida.

Las mojas empujaban  a las aterrorizadas muchachas como a ganado, gritando y tratando de hacer que se metieran en la gélida corriente. Pero en la oscuridad, el sonido del agua no era precisamente amigable.

Aunque Cream sabía nadar, los ríos de su Tierra Alta le habían enseñado que nunca se debe confiar en ellos. Cream no hubiera confiado en las intenciones de ningún río a plena luz del sol, y ahora la monja le estaba diciendo que saltara al agua en la oscuridad.

'¡No, esperad!', dijo, pero la mujer la empujó sin miramientos, y cayó en medio de los gritos de las otras. Al emerger, escupiendo agua, su instintó la guió.
Pateando su falda empapada con todas sus fuerzas, nadó rodeada por el pánico de las chicas que salpicaban a su alrededor, intentando alejarse lo más posible de los ruidos de la batalla.

Tras lo que le pareció una eternidad, sus pies tocaron de repente un suelo resbaladizo, y anduvo ciega en la oscuridad hasta poder agarrarse a algunas raíces y reptar a la orilla, donde quedó tendida, tosiendo y escupiendo, helada hasta la médula. Viva.

Se incorporó al escuchar unos gemidos cercanos. Las nubes se entreabrieron lo suficiente para mostrar la sombra encogida de otra joven, y Cream se movió hacia ella, tosiendo todavía, y le palmeó la cabeza murmurando,'está bien, ahora estamos seguras'. Dos chicas más treparon a la orilla, y se sentaron todas juntas, temblando de frío y de miedo.

Esperaron. El resto del grupo no apareció. El sonido de la batalla se apaciguó, y pronto dejó de oirse. De tanto en tanto el viento traía gritos o voces, pero al cabo de un rato, hasta eso cesó por completo, y el río no escupió más muchachas.

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